Hábitos cotidianos, liderazgo y permiso de fracaso #sermascreativo

Existen dos tipos de creatividad:

1. la creatividad con c minúscula, que es la de todos los días, la que nos permite ir haciendo adecuaciones y mejoras en todo lo cotidiano, y
2. la creatividad con c mayúscula, que es aquella que da las grande transformaciones que permiten el avance de la humanidad.

Hábitos que permiten promover el potencial creativo.

El primero tiene que ver con preguntarnos cada vez que terminemos de hacer algo, de solucionar un problema o de aportar una solución, ¿de qué otra forma podría haberlo hecho? Este ejercicio tan sencillo permite establecer una rutina de pensamiento hacia la  divergencia.
También es muy importante convivir con gente creativa porque ellos nos estimulan a ver la vida y los enfoques de otra manera. Es relevante introducirnos en rutinas que nos lleven a lugares muy distintos.

También es importante tener trabajo, después dejar un descanso, un periodo de descanso que permite incubar para después tener la posibilidad del insight o inteligencia súbita después de este trabajo que no parece trabajo porque estábamos a lo mejor lavando los platos, o trabajando en nuestro jardín con las flores, vamos a tener respuestas que no esperábamos. Finalmente es importante que todos los días nos perfeccionemos en nuestra área de especialidad sin descuidar el interés por otras áreas diferentes.

Los estilos de liderazgo sí cuentan en cuestiones de creatividad.
Primero revisemos un estudio de Fearon y colaboradores del 2013, en donde estuvieron viendo cómo eran los estilos de autoridad, de ejercicio de
autoridad de parte de los papás de muchos niños jamaiquinos. Resulta que el mayor predictor del desarrollo creativo en los niños era, por un lado el nivel de creatividad inicial de los papás, pero también el estilo autoritario.

Este estilo autoritario correlaciona negativamente con el desarrollo de la creatividad de los niños. Y para ilustrar cómo sí afecta esto del liderazgo en cuestiones de desarrollo de la creatividad, vamos a platicar acerca de una dinámica muy popular para estudiar estas cuestiones.

Se trata de un ejercicio que consiste en elaborar una torre solamente con popotes o pajillas y alfileres. Las instrucciones dicen: "trata de hacer una torre que sea lo más sólida, estética y alta que puedas usando estos materiales nada más".

Los resultados fueron los siguientes:

1. A una persona de cada uno de los subgrupos se le da instrucciones de cómo debe comportarse como líder. El primer subgrupo estará a cargo de una persona que funciona como laissez faire. Este estilo implica que su dirección va a ser muy suelta, no va a ser nada directiva, va a estar poco atento a la motivación y a la organización de las tareas. ¿Qué creen? Las evidencias físicas, es decir el producto final, son un reflejo de lo que pasa cuando uno es un líder laissez faire. La torre,  tiende a ser poco robusta, hay muy poca satisfacción por parte de los miembros porque siente que no hubo una coordinación efectiva por parte de ese dirigente.
2. El segundo subgrupo, que tiene el estilo autoritario. Por supuesto los
   
   seguidores no saben que se trata de este estilo, pero lo viven a través de una dirección muy rígida, una única idea, que es la de líder que se impone y se supervisa de manera muy cercana que se cumplan todos los deseos de ese líder. En general los productos tienden a ser una torre robusta, poco estética y la gente tiende a estar muy poco satisfechapor tanta imposición que sufrieron.
3. El tercer subgrupo, el que recibe las instrucciones de comportarse como líder democrático, en general establece una gran participación de parte de todos los miembros, escucha
4. 
   las voces de todos, y entre todos deciden qué se va a hacer, Es muy inclusivo en cuanto a las ideas que se van proponiendo. Aquí en general hay una gran satisfacción y las torres son estéticas y altas.

Car Roger menciona que hay  tres elementos internos que es importante tener para lograr la creatividad.
Por un lado está la apertura a la experiencia, también el locus interno de evaluación, es decir ser el critico de las propias propuestas que uno hace. Y finalmente la habilidad para jugar con conceptos y elementos.
Si unimos estos tres elementos internos con dos del entorno vamos a generar la creatividad constructiva.

Estos dos elementos del entorno son la seguridad y la libertad psicológica,
que están relacionadas justamente con el estilo democrático de liderazgo.
Finalmente me gustaría abordar nuevamente la importancia del fracaso como parte del proceso creativo.

Y para esto la recomendación es que cuando uno tiene una idea genere un prototipo  nada muy acabado, nada muy elaborado,
nada muy perfecto, porque cuando hacemos las cosas maravillosamente bien en un principio nos enamoramos de ese primer prototipo y esto nos da poca flexibilidad para abordar otras opciones. Cuando hacemos en cambio algo un poco mal hecho, un poco poco terminado. Pues veremos que es más fácil que nos animemos a hacer cambios y mejoras a esa primera idea. 

En conclusión: Ser un líder democrático va a promover
mejores resultados creativos.

Cambios en perspectiva y verbalizaciones internas #sermascreativo

Esta ocasión estaremos hablando de cambios de perspectiva y de las verbalizaciones internas que los acompañan.

 Eduard de Bono, planteó hace muchos años. Se trata del pensamiento lateral que difiere del pensamiento que normalmente seguimos y que es un pensamiento de tipo vertical. Veamos las diferencias entre uno y otro. Mientras el vertical se apoya en lo lógico, es decir intenta cavar más profundo en una misma dirección, el lateral se enriquece a través de otras propuestas, y plantea cavar en otros sitios. Mientras el vertical habla de mejorar lo ya existente, el lateral promueve las nuevas ideas. En este sentido estamos viendo que se parece un poco a los cambios incrementales y a los cambios disruptivos que ya hemos visto. También en el caso del vertical, tratamos de evadir la incertidumbre, mientras que en el lateral nos encanta la ambigüedad. En el vertical no nos es interesante lo poco relevante, mientras que en el lateral se consigue que cada detalle puede ser una arista para encontrar una solución novedosa. El vertical generalmente avanza de manera secuencial, mientras que el lateral promueve una pluralidad de ideas.


Y para hablar de este pensamiento lateral aplicado al urbanismo tenemos una entrevista de lujo. El arquitecto Alberto Yarza. ¿Nos puedes dar un ejemplo de algún proyecto en donde el cambio de perspectiva sea fundamental para encontrar la solución?
"El Proyecto de tipo urbanístico, en el cual generalmente las ciudades empieza uno diseñando con trazos de ciudad y después va uno entrando en las posibilidades de lo que serían las diferentes partes. En este caso las diferentes partes serían la arquitectura, los servicios, todo lo que conforma el equipamiento urbano, hasta llegar a la conformación de un barrio o de una metrópoli. Y la metrópoli pues una gran ciudad, ¿no? Este planteamiento que estamos exponiendo entra dentro de la línea de pensamiento lateral. Esto quiere decir, uno no entra con los servicios y con todo esto primero porque eso genera las grandes cuadrículas. Las grandes cuadrículas es el destrozo de las ciudades y de la identidad de la misma, en el sentido de que va uno formando ciudades repetitivas, casi tinacolandias, en las cuales sobre todo la pérdida de identidad del usuario es terrible. Este método propone entrar al revés,  primero hacer las calles y la conformación a través de un plato roto, de calles que no sean continuas, que tengan una perspectiva múltiple, y los cuales el Gobierno provee la parte de las fachadas de la arquitectura, los pisos, el drenaje, el agua y la luz, que es la inversión. A partir de ahí sobre todo en las ciudades perdidas de rápida urbanización se conforma la arquitectura atrás de esa estructura mental urbanística que es precisamente el negativo del positivo de lo que es la
forma. Y es un pensamiento que no se ha hecho, sino que todo es al final, al final logras ver la imagen de la ciudad, pero ¿quién conforma la tercera dimensión de la ciudad? No se sabe. Los planificadores lo hacen en dos dimensiones y la tercera dimensión, la identidad final de ciudad no se puede  concebir como método creativo. De manera que este método es aprovechar los servicios, el dinero, la infraestructura, para la conformación de los tejidos urbanos y de las alternativas de mejores morfologías de ciudad a través de pensamientos diferentes".

 Para lograr este pensamiento lateral vale la pena involucrarnos en una serie de rutinas.  Por ejemplo, es importante enfrentarnos con mucha frecuencia a problemas difusos. Es decir, no estos problemas de escuela planteados perfectamente en donde nada más existe una solución. Sino enfrentarnos a cuestiones que tengamos que procesar un poco más y que nos impulsan a pensar de manera diferente. También es importante no conformarnos con una sola solución. Siempre pensar de qué otra manera podría yo hacer esto.
Y una cosa fundamental,es que está bien tener errores. Los errores son parte de el proceso creativo.

Las verbalizaciones internas para generar este tipo de pensamiento lateral incluyen frases como las siguientes:

• Me voy a arriesgar.
• Mientras más poco común, ¡mejor!
• Voy a explorar algo totalmente desconocido.
• ¿De qué forma no se ha hecho esto antes?