lunes, 12 de mayo de 2014

Pensamiento analógico: pensar sin pensar directamente #sermascreativo

El pensamiento que no es directo  muchas veces  le damos la vuelta para poder abrir todo un caudal de posibilidades de solución. Imagínate que te preguntas cosas como ¿me debo casar con esta persona? Uy es para el resto de mi vida. El futuro depende de la universidad en la que voy a entrar, ¿qué voy a hacer? ¿Cómo hago el platillo que sea el ganador de este certamen?

Son preguntas tan fuertes, tan pesadas que pueden paralizarnos porque van directo hacia el objetivo. Y a veces eso resulta muy amenazante. En contraposición con esto vamos a ver una opción diferente. Y de esta manera vamos a estar saltando las barreras racionales que nos imponemos a nosotros mismos cuando la importancia de ese problema es enorme. Esto implica pensar de manera analógica. En otro contexto que no es amenazante, que incluso puede ser muy agradable.

Y vamos a ver dos tipos de estrategias. Una tiene que ver con contar historias. Las historias se han usado en otros  contextos de manera muy, muy exitosa. Por ejemplo, Judson & Egan en el campo educativo sugieren el uso de historias para dar los contenidos educativos en los diferentes niveles escolares. Esto implica mayor probabilidad de éxito en el recuerdo de estos contenidos curriculares.




Vamos a ver un ejemplo concreto. 
Imaginemos un joven que está en el dilema de ¿debo renunciar a mi sueño de viajar por todo el mundo por mi necesidad de trabajar? A lo mejor va y se lo platica a su comadre o a su amigo y ellos podrían contestarle sí renuncia o no, debes trabajar, o sí, vete a viajar. Pero eso como tal, no hace que él participe en esa decisión. Entonces a lo mejor una tercera persona de sus amistades le dice te voy a contar una historia.

 
Se trata de este señor que yo conocía que tenía mucho sobrepeso. Realmente estaba muy moleste con tener este sobrepeso, pero por otro lado le encantaba comer rico. Entonces fue con un terapeuta, y ese terapeuta le dijo: 
Yo creo que para usted es muy importante la comida, y disfruta enormemente pensar en ella, prepararla y comérsela.  Así es que le voy a pedir que dedique dos horas cada mañana a planear qué es lo que va a comer ese día.Todos los detalles, cuáles son los ingredientes, cómo lo va a hacer, cómo lo va a preparar, en qué platón, con qué servilletas lo va a lucir. Y después de eso se va usted a ir a trabajar un poco, hacia esa consecución del objetivo de un platillo delicioso, caminando tres kilómetros hasta la tienda donde va a comprar todos los ingredientes. Durante el trayecto debe ir pensando cómo perfeccionar ese platillo. Igual de vuelta, cuando llegue a casa hará la preparación y finalmente disfrutará de ese manjar."



¿Qué crees que pasó? 
Pues claro que enflacó muchísimo porque todo este ejercicio adicional contribuyó a que enflacara y además a que disfrutara porciones a lo mejor cada vez más pequeñas.


Cómo se relaciona esta historia con el problema de este muchacho que dice: ¿debo renunciar a mi sueño de viajar porque tengo que trabajar? A lo mejor después de esto concluye que puede conseguirse un trabajo que implique muchos viajes.

 Otra forma de entrar por el lado de atrás a las soluciones es las metáforas, el pensamiento metafórico. En este sentido vamos a ver el problema desde otro punto de vista usando una idea paralela. Veamos este ejemplo que nos propone nuestro entrevistado Ricardo Muñoz Zurita, Chef del restaurante Azul y Oro del Centro Cultural Universitario, UNAM

"Bueno, yo encuentro la creatividad a través de la pintura. La pintura es algo que a mi me influye mucho y que a veces me da, sin quererlo y sin saber exactamente alguna pista de qué cosa crear. Por ejemplo, una pintura de Caravaggio donde aparece, el dios Baco y estas uvas, pues para mi reflejan un fruto muy rico y también de las uvas no solamente se come el, el
fruto. Sino que también se exprime, se fermenta y se obtiene el vino. Entonces, con el fruto fresco y con el vino se pueden hacer muchas combinaciones. Desde un postre hasta una salsa reducir, reduciendo el vino, el vino que se hace y con esto hace, se puede hacer un platillo. De hecho en la, en la cocina clásica existe un platillo muy famoso que es la boeuf Bourguignon que quiere decir carne de res cocinada en vino tinto de la Borgoña. Así encuentro yo también que los pintores modernos que solamente a veces hacen trazos, o solamente son como, como gotas o puntos dentro de la pintura, que en el fondo puede ser que no expresen nada.

También para nosotros se nos hace una transmisión de color y de diseño y de ideas. De hecho, sobre todo en los postres yo muchas veces hago solamente estos trazos, y solamente hago estos puntos, y solamente hago este, ciertos diseños con las salsas de colores.

Fíjense que hay una cosa muy chistosa, en el argot de la cocina nosotros cuando hacemos estos trazos que no tienen como, como lógica pero que solamente queremos decorar y realzar el platillo pues les llamamos Picassos.  Entonces cuando decimos hazte un Picasso, entonces quiere decir que vamos a hacer como un borrón, como una línea dentro del plato para poder ejemplificar esto, y cuando las gotas son muy sutiles entonces le llamamos los Mirós de la cocina, de la cocina.

Pero por si eso fuera poco, algunos compañeros acá en México a veces utilizan colores tan, tan intensos en los ingredientes. Por ejemplo, tengo un amigo mío que se llama Roberto Santibañez que hace un chile poblano relleno de camarones y le pone unas salsa intensa color roja que hace con el betabel y estos colores tan, tan intensos nosotros los relacionamos con nuestro pintor mexicano Rufino Tamayo, entonces les llamamos los Tamayos de la cocina."








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